Ante el comunicado emitido por CSIF, anunciando la impuganción del proceso de funcionarización que se está llevando a cabo, queremos manifestar lo siguiente:
Difícilmente podemos asistir a un espectáculo tan vergonzoso como el interpretado por CSIF, en su indisimulada oposición al proceso de funcionarización de aquellos trabajadores y trabajadoras que no gozan de las bondades de su status. Porque es sólo eso lo que trata con su impugnación; pese a toda la hipócrita y vacía verborrea vertida sobre supuestos defectos de forma, lesiones al procedimiento y bla, bla, bla; sólo pretenden demorar el proceso más allá de las elecciones, con la esperanza de que lleguen "los otros" y mantengan, en el mejor de los casos, un sistema de castas en el que algunos puedan, aún, mirar a otros compañeros por encima del hombro.
Avergonzando incluso a sus propios simpatizantes, en un histórico ejercicio de hipocresía, estos... en fin.... "compañeros" del CSIF, impugnan mejoras laborales para los más en precario, mientras tienen la desfachatez de pregonar su defensa de los intereses de los trabajadores (y además añaden, con toda su jeta: "...pero la de todos"). No muestran rubor alguno al confesar que allá donde mandan los suyos, no han demostrado tantos escrúpulos a la hora de admitir a otros en su exclusivo club. Según ellos, no hay prisas, el tiempo no importa; pero intentan estirarlo a la desesperada. Para colmo, pretenden garantizar, sin más aval que su insolvente palabra, los puestos de trabajo "de otros" a los que, de facto, están impugnando. Porque, hablemos claro; no es ninguna entelequia la que acarrearía las consecuencias de la impugnación del CSIF. ¡ES A LOS TRABAJADORES A QUIENES EL CSIF ESTÁ IMPUGNANDO!
Sabido es de todos que, tras estas indignas maniobras, subyace la defensa de los espurios intereses de Judas, quien en breve acudirá a por sus 30 monedas, materializadas en forma de participación en listas o cargos de confianza en próximas convocatorias electorales.....